martes, 6 de abril de 2010

Rajoy, en la encrucijada de la corrupción


Todo el PP mira hoy a Rajoy que, como le dibuja Peridis en El País, está debajo del paraguas aguantando como puede el chaparrón de los 50.000 folios de la Gürtel

Rajoy es plenamente consciente de que la situación de su ex tesorero es insostenible y así se lo dicen gente de su entorno más cercano como Cospedal e incluso Soraya Sáenz de Santamaría pero Rajoy, que lleva toda la vida en el PP, sabe también que Bárcenas no es un imputado más.

Lo sabe todo del partido, lo bueno y lo malo, y si lo arroja a los leones como ha hecho con Matas puede ser peor. De hecho, Bárcenas ya le ha amenazado varias veces con tirar de la manta y además no está solo: el viejo aparato de Génova le respalda y le apoya y ahí están las palabras de hoy mismo de Arenas y el blindaje que sigue dándole Cascos.

Rajoy se encuentra una vez más en una encrucijada y seguramente piensa que si no hace nada, algún día dejará de llover pero debería tener en cuenta también que los ciudadanos le están observando y que para ser presidente del Gobierno, hay también que merecerlo y no sólo sentarse a esperar.

Ironías de la vida: un día, el PP de Aznar se presentó como un partido incompatible con la corrupción. Ahora lo que está en juego es si el PP se ha convertido en un partido que tolera, tapa y convive con la corrupción. O rompen o quedaran bajo sospecha.